Dos soldados se encontraban haciendo la guardia en la zona de combustible de la Base Aérea cuando un ruido semejante al de las interferencias radiofónicas interrumpió su vigilia. Pronto este sonido se empezó a convertir en un fuerte y molesto silbido agudo y penetrante, que tras unos cinco minutos cesó de repente. Asustados por la posibilidad de que alguien hubiera evadido el perímetro de seguridad ambos cargaron sus armas y comenzaron a hacer una inspección ocular al terreno, pero, sin previo aviso, el sonido volvió con más fuerza e intensidad, de tal modo que los soldados creyeron que les estallaba la cabeza. Tras cinco minutos el sonido desapareció de nuevo, pero esta vez apareció en el cielo justo encima de ellos un fogonazo parecido al de una bengala que duró unos 10 ó 15 segundos. Otro soldado fue a buscarles acompañado por perros-lobo preguntando si también habían visto el fogonazo. Como todo se estaba volviendo muy extraño decidieron llamar al cabo de guardia para preguntarle que hacer, y este les ordenó hacer otra inspección ocular por miedo a un posible saboteo, o algo peor. Acompañados por un perro experto en la detección de intrusos comenzaron un barrido de la zona hasta que a unos 300 metros de donde empezaron sintieron una fuerte racha de aire y el ruido de una rama de un eucalipto cercano. En estado de máxima alerta soltaron al perro para que fuera hacia el lugar de donde procedía el ruido, pero al ver que este no hacía ni el mínimo ruido aferraron sus subfusiles en el momento en que el perro volvía como mareado tambaleándose. Esto ocurrió cuatro o cinco veces más hasta que el perro se puso a dar vueltas al rededor de los soldados a modo de defensa. De repente a unos 15 metro de ellos apareció una figura verdosa hecha de luz con unos largos brazos en forma de cruz y una pequeña cabeza. Uno de los soldados intentó disparar pero en ese mismo instante sintió un dolor físico muy fuerte,se mareó y cayó al suelo. Los otros dos soldados al ver esto empezaron a disparar hacia aquel ser que se desvaneció con un fogonazo, y de repente, volvió aquel chirrido más fuerte que nunca durante otros 5 minutos. Después toda la base fué puesta en alerta y al día siguiente hasta 50 soldados inspeccionaron la zona pero curiosamente no se encontraron ni los casquillos de bala ni impactos de balas ni ningún rastro de aquel ser gigante. El soldado que se desmayó paso un tiempo en que se entremezclaban estados de ceguera permanente y mal estar general, y fue ingresado varias veces hasta el 30 de noviembre en que fue hospitalizado por última vez. El escrito J.J. Benítez opina que lo sucedido fue un contacto con una tripulación espacial mientras que por ejemplo el experto Valenciano Vicente Juan Vallester opina que: «No digo que no ocurriese pero ese episodio nunca fue considerado por el mando de la base como un hecho del tipo ovni, o sea, asimilar la visión a un extraterrestre, sino como un incidente de otra naturaleza. El suceso tiene todas las trazas de un delirio alucinatorio por parte de una persona con antecedentes psiquiátricos, unido a histeria contagiada, miedo, confusión» y añade: «El Ejército del Aire sí creó un expediente del caso pero para señalar que no existía información al respecto, el expediente se abrió por las cartas llegadas al Ministerio solicitando información».
Hay muchas regiones en las que los avistamientos son algo usual, y esta claro que Badajoz es una de ellas.
“Cuán pequeño sería Dios si después de haber creado este inmenso universo poblara en el únicamente al diminuto planeta Tierra. Ese no es el Dios que yo conozco”- Papa Juan XXIII.
“Cuán pequeño sería Dios si después de haber creado este inmenso universo poblara en el únicamente al diminuto planeta Tierra. Ese no es el Dios que yo conozco”- Papa Juan XXIII.
Fuentes: www.elmundo.es
www.tejiendoelmundo.wordpress.com
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