lunes, 4 de abril de 2011

No abras la puerta (Leyenda Urbana)

 
Esta leyenda urbana, como tal, no es ni verdadera ni falsa, es una posibilidad, así que tened cuidado porque estas cosas son falsas hasta que se hacen verdaderas. No me gusta mucho en especial porque es muy sangrienta pero es muy interesante y, tal vez, educativa... ¿quién sabe?
  Hace 2 años, estaban en su casa, tan tranquilos María, una señora de 40 años que se había divorciado recientemente, con su hijo pequeño de tan solo 8 años.
  Como era de costumbre María se tenía que ir todas las noches a trabajar, era una mujer con muchas responsabilidades (tanto en su trabajo como en su casa) y no podía atender a su hijo en todo momento. Pero aquel día sería muy diferente al resto, ya que cuando se encontraban cenando vieron en las noticias que un asesino en serie, muy peligroso y agresivo, había escapado del centro penitenciario de la ciudad.  Lo más grave de la noticia no era que este interno hubiese huido, lo peor era que había sido visto a pocas manzanas del hogar de la familia.
  Esto provocó la incertidumbre de María que al irse al trabajo tenía que dejar a su hijo solo en casa.
  Maria para prevenir desgracias cerró las ventanas, puertas, y le explicó lo
siguiente a su hijo:
- No abras ninguna ventana ni las puertas. Aunque llevo las llaves, por si ocurre algo, yo golpearé 3 veces seguidas la puerta o simplemente me reconocerás por la voz y entonces sabrás que soy yo.
  Llegado el momento, María se fue a trabajar y dejó a su hijo solo. Éste, lleno de miedo, cerró la puerta a cal y canto y se puso a ver la tele para relajar la mente.
  Al cabo de rato, el chico ya estaba dormido cuando de pronto llaman a la puerta. POM...POM.... el chico se despertó y aterrado se dirigió muy despacio hacia la puerta y dijo:
 - ¿Eres tú mamá?.
  La respuesta vino con otra serie de golpes acompañados de un susurro escalofriante que decía: "JABREME DA PUETA". El niño atemorizado huyó hacia su habitación donde se pasó la noche llorando y esperando a que llegase su madre, hasta tal punto que se quedó dormido.
  Al día siguiente cuando se levantó se dio cuenta de que su madre no había vuelto. Y aún con miedo se dirigió a la puerta que conducía a la salida de la casa y se encontró a su madre con las piernas cortadas ( por lo que no pudo llegar al timbre), la lengua cortada ( por lo que no le pudo reconocer la voz) y totalmente ensangrentada. 


"De lo que tengo miedo es de tu miedo"- William Shakespeare


  Fuentes: http://www.leyendas-urbanas.com/

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